miércoles, 11 de marzo de 2020

Claves para aumentar tu autoestima


Uno de los problemas más frecuentes en mi consulta es la baja autoestima. La baja autoestima conlleva una percepción negativa sobre uno mismo, y es un factor que nos puede limitar mucho en nuestra vida diaria.  Lo cierto es que, en muchas ocasiones, los pacientes no saben identificar que sufren una autoestima baja. ¿Por qué? 
Porque la baja autoestima conlleva a otro tipo de problemas que son la supuesta causa por la que acuden al psicólogo, problemas como síntomas de ansiedad, de depresión, problemas de conducta, estrés, adicciones, etc. y aquí van unos consejos para saber identificar qué es lo que nos están pasando y cómo podemos solucionarlo. Es fácil aumentar la autoestima, solo hay que ponerle un poco de empeño.

¿Qué es la autoestima?

La autoestima es el conjunto de creencias, percepciones, evaluaciones y pensamientos que tenemos acerca de nosotros mismos, la valoración que realizamos basándonos en nuestras experiencias.

¿Qué síntomas me pueden avisar de que tengo la autoestima baja?

Algunos de los síntomas principales que nos pueden advertir de que nuestra autoestima no está en el mejor momento son los siguientes:
  • No tengo seguridad en mí mismo
  • No expreso mis gustos u opiniones por miedo a ser rechazado o por pensar que mis opiniones no tienen el mismo valor que las opiniones de los demás
  • No me siento merecedor de las cosas buenas de la vida
  • No me esfuerzo por conseguir lo que quiero ya que de antemano creo que no lo voy a lograr
  • No me relaciono con los demás como me gustaría ya que pienso que no voy a hacerlo bien y me van a dejar de lado
  • Necesito la aprobación de los demás con mucha frecuencia
  • Me dejo pisar con facilidad ya que no me atrevo a imponerme cuando es necesario
  • Veo al resto de personas como superiores a mí y me gustaría ser como ellos
  • Temo decir lo que siento ya no tal vez no les guste a los demás lo que digo
  • Suelo atribuir a causas externas mis logros y a causas internas mis fracasos
  • Casi nunca estoy contento con lo que hago ya que creo que podría estar mejor
  • No me siento feliz
  • Me cuesta acabar lo que empiezo ya que me desmotivo con mucha facilidad
  • La toma de decisiones se convierte en algo muy difícil ya que creo que decida lo que decida va a ser la opción incorrecta así que me dejo llevar por lo que decidan los demás, aunque sea de mi propia vida
  • Pienso en mis debilidades y casi nunca me paro a pensar en mis fortalezas
  • Me siento nervioso la mayor parte del día
  • Me es casi imposible tomar la iniciativa
  • Me siento evaluado casi constantemente en situaciones sociales
  • Me siento culpable
  • Me siento poco atractivo
  • Envidio la vida de los otros
  • Siento que no tengo nada que aportar
Si te has sentido así en varias ocasiones, puede que el resto de tus problemas vengan a raíz de tener una baja autoestima. Intentemos ponerle solución con unos ejercicios para que empieces a valorarte y a creer en ti. Podrías llegar a sorprenderte mucho de tus capacidades si te esfuerzas en mejorar tu autoestima.

¿Cómo puedo aumentar mi autoestima?

Muchas personas se preguntan si hay alguna manera de mejorar su propia autoestima. Obviamente no existe ninguna poción mágica, sino que debemos tomar conciencia de que solo cada persona puede mejorar en este sentido a base de constancia y siguiendo algunos consejos basados en la evidencia científica.

1. Deja de machacarte

Tenemos que ser realistas tanto con nuestras virtudes como con nuestros defectos. No somos perfectos, pero la intención no es serlo. El objetivo es ser feliz. Así que para lograrlo debemos aceptar las cosas que no hacemos tan bien y aprender de ello. Y por supuesto, no restarle importancia a las cosas que sabemos hacer bien, sino valorarlas como se merecen. 
Vamos a observar y ser conscientes de lo bueno que tenemos, de lo bueno que somos, de lo bueno que hacemos. ¿Por qué seguir pensando que soy un desastre? ¿A dónde me ha llevado este tipo de razonamiento?

2. Empieza a pensar en positivo

Cambia tus pensamientos. El ”no puedo” por “voy a intentarlo”, “voy a tener éxito” “me va a ir bien”. Parece un tópico pero forzarse un poco a mirar las cosas buenas de la vida nos puede ayudar a salir de la dinámica negativa. Si nos damos cuenta de que tenemos muchas cosas a valorar, es más fácil que salgamos del bucle negativo.

3. Ponte metas realistas

Y que puedas cumplir. Metas a las cuales sea relativamente fácil llegar. Poco a poco las podemos aumentar, y veremos que paso a paso estamos consiguiendo lo que nos proponemos. Si fracasamos, aprendamos de ello sin culparnos de nuestros errores, ya que fallar es una manera de saber cómo hacerlo de manera distinta la siguiente vez. Atrévete a afrontar retos.

4. No te compares





5. Acéptate y perdónate

Escribe una carta en la que describas todo aquello que no te gusta de ti, y todo aquello de lo que te sientes culpable. No te dejes nada. Léela con atención y valora lo que puedes mejorar. Despídete de esa carta y pártela en mil pedazos. A partir de ese momento empieza de cero, con todo lo que has aprendido pero dejando atrás la culpabilidad. Aún estás a tiempo de hacer borrón y cuenta nueva.

6. Haz críticas constructivas acerca de ti mismo

Que todo lo que te digas sirva para mejorar, no para estancarse y culpabilizarte. Asimismo, aprende a encajar las críticas de forma que no te afecten. 

7. Trátate con cariño y respeto, siempre

Eres lo mejor que te ha pasado, así que demuéstratelo. Tienes derecho a ser feliz. Y a hacer feliz a los demás contagiándoles tu optimismo.

8. Regálate tiempo

Haz actividades que te hagan feliz. Es la mejor manera de encontrarse con uno mismo y desarrollar tus habilidades sin prisa pero sin pausa.

9. Supera tus lastres

Hay personas que viven arrastrando mochilas llenas de peso: trabajos que no les satisfacen, relaciones que no les aportan nada, hábitos que no les gustan… Para superar todos estos lastres, es preciso tomar cierto control sobre la situación, pensar en positivo y tratar de cambiarlas.

10. Cada noche antes de acostarte…

Piensa en las cosas buenas que te ha traído el día, los retos superados, los errores que hemos cometido y cómo podemos mejorar.
Intenta, durante 30 días, poner en práctica estos consejos. Ya verás que cuando finalice el mes te sentirás mejor y muchos de los síntomas que sentías desaparecen. Y recuerda, hay una única persona capaz de cambiar tu vida, y esa persona, ¡eres tú!

ARTICULO

Recursos ante la soledad Las relaciones interpersonales nos aportan la seguridad y el bienestar que necesitamos para mantener el equilibrio psicológico 

Por María Guerrero Escusa


“No dudo que un hombre pueda vivir perfectamente solo, pero estoy convencido de que comienza a morir tan pronto como cierra la puerta de su casa detrás de él”. 
José Saramago 


Vivimos en un mundo cada vez más intercomunicado y, sin embargo, por extraño que parezca, siguen existiendo muchas personas que se sienten solas. Con la proliferación de las nuevas tecnologías y el fomento de las relaciones on line puede parecer que se atenúa el fenómeno de la soledad porque conectamos con muchas personas y con tanta frecuencia como queremos, pero realmente los vínculos emocionales que establecemos y que unen a las personas se ven mermados, las miradas se sustituyen por likes, los paseos compartiendo un paisaje por horas delante del ordenador o el móvil encerrados en una habitación. 

La propia forma de relacionarnos, dificulta y en muchos casos impide que creemos lazos emocionales que alimenten y nutran nuestros encuentros y la soledad se presenta, como una sensación de aislamiento o desamparo que invade a la persona más allá de si en realidad está sola o no, porque no es lo mismo estar solo que sentirse solo.

 En esta sociedad del ruido, priman las relaciones esporádicas en detrimento de relaciones comprometidas y la cultura del esfuerzo apenas tiene cabida porque ha sido sustituida por la búsqueda de recompensas inmediatas, la voluntad se ve mermada por la primacía de los sentimientos y las emociones y estamos más centrados en la imagen y en lo que los demás van a pensar de nosotros, que en lo que nosotros podemos hacer por los demás. 

La soledad se ha convertido en la epidemia silenciosa del siglo XXI, podemos estar con mucha gente alrededor y más solos que la una. La soledad emocional “En el núcleo más recóndito de toda soledad hay un profundo y poderoso anhelo de unión con el yo perdido”. Brendan Behan El ser humano es social por naturaleza, lo que implica la necesidad de relacionarse con otras personas. 

Por muy autónomos e independientes que seamos, las relaciones interpersonales nos aportan la seguridad y el bienestar que necesitamos para mantener el equilibrio psicológico, la soledad por tanto, es el reflejo de una red deficiente de relaciones sociales que puede presentarse bien en el nivel social, en el que la persona no se siente integrada dentro de su entorno, con un grupo de personas con las que compartir intereses, alegrías o inquietudes, o bien en el plano emocional, cuando no encuentra un vínculo estrecho con otra persona, ya sea amiga o pareja, que le reporte estímulo, seguridad, confianza y le genere agrado por la vida.

 La soledad emocional es un estado mental que está vinculado a sentimientos de incomprensión, tristeza o inseguridad que, cuando se implanta en una persona, suele llevar aparejados sentimientos de angustia, ansiedad y miedo, de hecho, no contar con apoyos emocionales suele repercutir directamente en la autoestima, que se va deteriorando progresivamente, produciendo un estado de insatisfacción, aislamiento y pérdida de interés por todo lo que le rodea.

Numerosas investigaciones han demostrado que el sentimiento de soledad está vinculado con un debilitamiento en sistema inmunológico, que desempeña un rol esencial en la aparición de enfermedades y en la eficacia de los tratamientos, de tal modo que las personas que cuentan con apoyo social se recuperan más rápidamente de intervenciones quirúrgicas y de diversas patologías, que las que no tienen ese apoyo en las que aumenta de manera significativa la mortalidad ante diferentes enfermedades. 

Algunas ideas para enfrentar la soledad emocional Si la soledad emocional es un estado mental, para enfrentarla es necesario cambiar el chip y darle un significado diferente, al final las cosas son lo que creemos que son y en ocasiones nuestra visión puede diferir y mucho de lo que son en realidad.

 Estar solo puede ser para unos un estado de angustia y desasosiego si los pensamientos que tenemos son del tipo “no le importo a nadie” ; o puede ser una oportunidad y un espacio para redescubrirnos y redefinir nuestros objetivos en la vida, si los pensamientos los dirigimos a profundizar en nuestro interior y preguntarnos por nuestras necesidades, motivaciones y deseos. 

Desde esta segunda opción nos ponemos activos para fijar nuevas metas y realizar acciones que nos ayuden a conseguir nuestros propósitos, mientras que desde la primera, permaneceremos pasivos e instalados en la queja y el victimismo, cerrando nuestras puertas a la vida, por tanto, para afrontar la soledad es necesario que hagamos un cambio de perspectiva para dejar de ver la soledad como algo negativo, porque realmente se trata de un estado neutro que tiene las connotaciones que cada uno le dé, lo que para unas personas estar solas es un castigo para otras es un estado beneficioso que le proporciona satisfacción. 

De cada uno depende tomar una actitud proactiva para cambiar lo que le daña o no le proporciona bienestar. Sólo basta mirarnos dentro y perder el miedo a encontrarnos que nuestros deseos, ilusiones, limitaciones o inhibiciones y tomar la decisión de apostar por nosotros, disfrutar de nuestra compañía, buscar el modo de sentirnos a gusto y ponernos en acción, tomando la iniciativa en las acciones o relaciones que queremos conseguir, esto implica no quedarnos en la espera de que alguien nos llame, ¡llama tú!, porque ese es tu propósito. Cada mañana al despertar, en ese espacio entre el sueño y la vigilia cuando van apareciendo los pensamientos sobre lo que haremos en el día, me gusta preguntarme ¿cómo quiero que sea mi día?, ¿Qué voy a hacer hoy para hacerme el día agradable? Tipos de soledad A lo largo de nuestra vida nos encontraremos con momentos o periodos transitorios de tiempo en los que se impone la soledad, ya sea de forma impuesta por circunstancias como pérdidas o separaciones, que requieren de un espacio de soledad para elaborar el proceso de duelo; ya sea auto impuesta como con

La soledad emocional es un estado mental que está vinculado a sentimientos de incomprensión, tristeza o inseguridad secuencia de estados personales de decepción y vivencias dolorosas en las relaciones personales, que generan miedo y desconfianza hacia los demás y necesitamos hacer un replegamiento sobre nosotros mismos para resituarnos. La soledad en compañía supone que, en algunas personas con dependencia emocional, el miedo es el que toma las decisiones; ese miedo atroz a quedarse solas, hace que vivan una vida a medias y aguanten situaciones a veces insostenibles con un sentimiento de soledad implacable en el fondo de sí mismas. La soledad profunda va con uno allá donde vaya y no se atenúa aun estando en compañía.

 Esa soledad que produce un dolor intenso se alimenta del miedo, que va más allá del miedo a la decepción ocasionada por otros, sino miedo al encuentro consigo mismo, a ser quienes somos a conectar con nuestras emociones auténticas, a encontrar respuestas que no nos sentimos capaces de aceptar, miedo a conocernos, aceptarnos tal como somos y poner en valor lo nuestro. 

Erich Fromm habla del miedo a la libertad, que bien puede ser aplicable al miedo a la responsabilidad de coger las riendas de la propia vida. La cultura de la soledad La cultura también influye en la forma como vivimos la soledad. En oriente, el budismo relaciona soledad con el silencio que facilita el contacto con A FONDO 20 los propios sentimientos, pensamientos y sensaciones, por eso será difícil escuchar a un budista decir que se siente solo por muy solo que esté. Sin embargo, en Occidente, donde lo que prima es dar respuestas permanentemente a los estímulos, estamos orientados hacia fuera, necesitamos del mundo exterior, vivimos en la sociedad del ruido y cuando encontramos el silencio nos sentimos desconcertados, vacíos y buscamos más ruido, más estímulos con los que calmar nuestra ansiedad. Buscamos fuera cuando las respuestas están dentro de nosotros.

 Dice Brendan Behean que en el núcleo más recóndito de toda soledad hay un profundo y poderoso anhelo de unión con nuestro yo perdido. La soledad también puede ser positiva La soledad sólo es dañina cuando genera sufrimiento que, generalmente, es causado por la escasez de conexiones emocionales con los demás, sin embargo, puede tener importantes beneficios para nuestra salud mental cuando se la vivencia como una oportunidad para conectar consigo mismo. ¿Qué haces cuando estás saturado del trabajo, las relaciones o el estrés diario? ¡Dejadme solo!, ¡Necesito espacio para pensar, respirar, estar! ¿Quién no ha sentido esa sensación de agobio y la necesidad de retirarse y estar en silencio? El ruido y estrés del día a día se alivian estando solos para encontrar ese espacio de calma, conectar con nuestro centro y recuperar la serenidad. Estar solos nos recarga las pilas y permite que recuperemos la energía y el equilibrio personal. Si, se puede estar solo sin tener sentimientos negativos. Hazte amigo de ti mismo “La soledad es el hecho más profundo de la condición humana. 

El hombre es el único ser que sabe que está solo”. Octavio Paz Te daré algunas pistas para comenzar a vivir tu soledad como un espacio liberador que enriquecerá tu vida. Lo primero para hacerte amigo de ti mismo es buscar la raíz de tu miedo a la soledad. Quizá se encuentre en experiencias pasadas que vives como negativas y que actualizas en el presente, así que es necesario que afrontes tus miedos y dejes el pasado en el pasado, hoy puedes elegir liberarte de esas ataduras y lanzarte a la vida. Revisa tus ideas y tus pensamientos, no aceptes como verdades inmutables las creencias que sustentan tu miedo, aprende a cuestionarlas y a generar pensamientos alternativos que te permitan sentirte más libre. En realidad, no necesitamos tanto como creemos. 

Mímate, aprovecha la soledad para cuidarte, darte un capricho, hacer lo que te gusta, leer un libro, ver una película, darte un masaje o prepararte un baño de espuma y disfruta con cada experiencia. Escucha tus necesidades y pon en marcha tu energía. Cambia el chip, si dejas de atribuirle a la soledad connotaciones negativas podrás acogerla como un regalo y sacar partido de ella.  Adopta una actitud proactiva en tu vida. 

Deja de lamentarte de tu soledad. Si te has aislado por una pérdida busca el modo de expresar tu dolor, si dejaste de ver a familiares o amigos, llámalos. No te abandones en la pereza y acude a las reuniones que te inviten o promuévelas, siempre son una oportunidad para vivir nuevas experiencias. Cuida tu cuerpo, nuestro físico y nuestra mente se encuentran directamente unidos. Aunque la soledad es un estado cognitivo, podemos influir en esa emoción a través del cuerpo. Por eso el deporte, tanto si es en el gimnasio como al aire libre, te ayudará a segregar endorfinas, una hormona que activa el bienestar y la felicidad. 

De esta forma, no sólo te estás cuidando, sino que estás generando sensaciones beneficiosas para paliar tu soledad. ¿Has pensado en tener una mascota? Hay estudios que ponen de relieve que las personas que tienen un perro se sienten menos solas. Si además lo adoptas, tendrás dos beneficios más: el altruismo y la compañía, dos potentes antídotos contra la soledad. Sé agradecido, la gratitud es una de las fortalezas personales más sanas. Además de elevar tu estado de ánimo y activar tu energía, actúa como protector contra el estrés, la depresión y el sentimiento de soledad. Salir del egocentrismo te ayuda a encontrarte con los demás. Acepta y agradece cada cosa y cada persona que hay en tu vida. A veces estamos tan pendientes de lo que nos falta que no vemos todo lo que tenemos. Recuerdo un joven de 19 años al que atendí en consulta, se sentía solo, hundido, deprimido y le rondaban por la cabeza ideas de acabar con su vida, que terminó consumando sin éxito, afortunadamente.

 Su novia había puesto fin a la relación y no podía soportarlo. Coincidió que me encontré con un amigo que estaba de voluntario en la Fraternidad de Lourdes justo antes de entrar a consulta y se me encendió una bombilla. Le propuse a mi paciente ir a Lourdes en el tren de la Esperanza, cuidando a los enfermos que iban en peregrinación y mira por dónde, le encargaron cuidar a un chico de su misma edad que, debido a un accidente de moto, había perdido sus brazos y sus piernas. 

Cuando regresó venía con el rostro iluminado, se había dado cuenta de lo afortunado que era de poder ir al baño solo, encender la luz con su dedo o servirse un vaso de agua cuando tenía sed. Puede ser de utilidad que cada noche hagas un repaso de lo afortunado que eres y escribas las cosas que han ocurrido en el día por las que estás agradecido, es la mejor manera de estar acompañado de ti mismo.


LAS TRES REJAS




El joven discípulo de un filósofo sabio llega a casa y le dice:
Maestro, un amigo estuvo hablando de ti con malevolencia...
Espera, lo interrumpe el filósofo. ¿Hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?
Las tres rejas?, preguntó su discípulo.
Sí. La primera es la verdad. ¿Estás seguro de lo que quieres decirme es absolutamente cierto?
No. Lo oí comentar a unos vecinos.
Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Eso que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?
No, en realidad no. Al contrario...
Ah, vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?
A decir verdad, no.
Entonces... -dijo el sabio sonriendo-, si no es verdad, ni bueno ni necesario, sepultémoslo en el olvido
.

martes, 3 de marzo de 2020





Te esperamos...


EL ARBOL DE LOS PROBLEMAS





El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se daño y lo hizo perder una hora de trabajo y ahora su antiguo camión se niega a arrancar.

       Mientras lo llevaba a casa, se sentó en silencio. Una vez que llegamos, me invito a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo un momento frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos.

        Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazo a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa.

        Posteriormente me acompañó hasta el carro. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunte acerca de lo que lo había visto hacer un rato antes.

"OH, ese es mi árbol de problemas", contesto.

       "Se que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego en la mañana los recojo otra vez".

       
"Lo divertido es", dijo sonriendo, "que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior".
 

LA FABULA DE LA SELVA





En una selva, conocida por el hombre de Gran Selva, S.A., el león, en la calidad e director – presidente, convoco a sus vicepresidentes y demás directores para discutir el mejor modelo empresarial capaz de hacer frente a lo problemas de la globalización

Durante tres días cada director habló de los atributos indispensables para alcanzar la excelencia. Al destacar esos atributos, solemnemente denominados “factores de éxito”, cada uno de los convocados se inspiraba en sí mismo.

__ En esta Gran Selva alcanzaremos la excelencia cuando todos los animales sean capaces de correr a gran velocidad. ¡ Ningún peligro podrá alcanzarlos!  __dijo el conejo.

             __Apreciados compañeros__ manifestó solemnemente la Ardilla__. La capacidad de escalar montañas y los árboles más altos reviste una importancia fundamental entre todos los demás factores de éxito, pues desde la cima conseguiremos que observar con más amplitud lo que ocurre en estos dominios.

            __ El factor de éxito más importante para los habitantes de esta selva, atravesada por tantos ríos, es la capacidad de nadar, __dijo el pato .

            __ Pues a mi me parece __ argumentó el águila__ que el talento más poderoso para los habitantes de esta selva es la capacidad de volar a gran altura.

            Y así sucesivamente, los animales fueron enalteciendo las más diversas cualidades. La lechuza alabó el poder de ver en la oscuridad, la luciérnaga elogio el poder de producir luz propia, el tigre proclamo la superioridad de los que tiene garras afiladas, y así hasta que la secuencia de los discursos se hizo tan agotadora que el león interrumpió la discusión con un gran rugido.

            __ ¡ Basta ! vamos a nombrar un Consejo Consultivo con la función de definir de una ve por todas los factores de éxito.

            Depuse de más de una semana de reuniones, las cualidades más votadas fueron: correr, escalar y volar. Luego se determino que el Departamento de Personal de la selva organizarse un proceso de formación  y Desarrollo con el objetivo de preparar a todos los animales para que dominasen esas cualidades.  

            El león aprobó las recomendaciones de Consejo Consultivo y comenzó el entrenamiento. Pero, por más que se esforzaron, para ninguno de los animales fue fácil dar cumplimiento a la decisión.

            El pato era un excelente nadador, pero era mediocre y pésimo al correr. Como corría muy despacio, tenia que quedarse practicando después de las clases y así tenia menos tiempo para nadar. Como intentaba correr hasta que las patas le dolían, comenzó  nadar con dificultad.

            El conejo comenzó siendo el primero en las carreras, pero tuvo un ataque de estrés debido al gran esfuerzo que dedico al aprendizaje de la natación, y a la frustración que le produjo. 

            La ardilla era excelente escalando, hasta que se lesiono cuando tuvo varias caídas de las clases de vuelo.

         La evaluación del primer mes de entrenamiento fue tan negativa que los animales hicieron una nueva reunión. El león,  enojado y nada democrático esta vez, ordeno que todo volviese a ser como antes.

u u  u

El clima se volvió tenso hasta que el mono levanto la mano y pidió la palabra:

            __ Vamos a aprender de esta experiencia queridos amigos. Para enfrentarnos a la globalización, tan vez lo más importante sea la cooperación de todos, los unos con los otros. Participar con el mejor de cada uno, sumar las diferentes cualidades, ¿ no es más productivo que intentar hacer lo que hacen mucho mejor que los demás?

            Todos aplaudieron , y la Gran Selva, S.A. fue más prospera que nunca.

Quien son incapaces de recordar el pasado están condenados a repetirlo.


Hola! soy la Ansiedad

Soy la ansiedad, no te asustes… vengo en son de paz, por cierto, ¿por qué te asustas tanto ante mi presencia?

Digo, sé que te sientes horrible cada vez que aparezco, que te desesperas y quisieras mandarme a volar, sé que si pudieras… me matarías, sobre todo porque crees que yo soy la que te quiere matar o hacer daño, pero créeme, si no te he matado, no lo voy a hacer.

No estoy aquí para hacerte daño, mucho menos para volverte loco, creo que ya te lo he demostrado cada vez que llego a tu cuerpo, hago un relajo y te asusto, pero al final del día… no te he matado, no te has vuelto loco. 

Si pudiera, lo haría, pero esa no es mi idea.

La verdad es que aparezco y te hago sentir todo eso porque no había logrado encontrar otra manera de hacerme escuchar por ti, estabas tan ocupado tratando de ser exitoso, productivo y de demostrarles a los demás que eres digno de ser amado… que no escuchabas mis pequeñas señales.

¿Recuerdas esa vez que te dio un dolor de cabeza? ¿O cuando tuviste insomnio por más de 2 horas? ¿O qué tal esa vez que sin razón aparente te soltaste a llorar?
Bueno, pues todas esas veces era yo tratando de que me escucharas, pero no lo hiciste, seguiste con tu ritmo de vida, seguiste con tu misma manera de pensar… Entonces intenté algo más fuerte, hice que te temblara el ojo, que se te taparan los oídos y que te sudaran las manos… pero tampoco me quisiste escuchar.

Aunque acá entre nosotros, los dos sabemos que sentías mi presencia, es por eso que cuando te quedabas tranquilo… o era momento de estar sólo contigo mismo, en soledad… te empezabas a poner nervioso, como si algo te impidiera quedarte quieto.
Te desesperabas, porque “no entendías” con tu mente racional lo que estaba pasando, y claro, con tu mente racional no me ibas a entender.

Así es que por eso me he rendido y decidí escribirte.


Y te felicito si estás leyendo lo que te digo, porque significa que ya tienes el valor de escucharme, y créeme, nadie mejor que yo sabe de tu gran habilidad para evitarme y salir corriendo, huyendo de mí como huirías del monstruo en el bosque oscuro.
Como esas veces que me evitas y te distraes embobándote horas con la televisión, viviendo las vidas de otras personas que ni conoces para no enfrentar que la tuya no te gusta.

O qué tal, de esas veces que con un par de cubitas lograbas adormecer tus nervios e inquietud; y ni qué decir de esas otras substancias que más allá de adormecerte, te fugan de esta realidad que no quieres enfrentar.

Pero bueno, espero que ahora estés listo y lista para enfrentar tu realidad y escucharme por fin. Espero que estés listo y lista para enfrentar la verdad de tu vida y de ti mismo tal y como es, sin máscaras, sin atajos… sin pretensiones. Así es que aquí te van las cosas como son.

Lo único que llevo tratándote de decir todo este tiempo, es que… ya es tiempo de evolucionar, necesitas hacerlo, no hay de otra.


Necesitas crear cambios muy profundos dentro de ti, pues por alguna razón, en realidad no estás disfrutando de tu vida y no te sientes pleno. Por eso yo estoy aquí, para ayudarte a recuperar esa plenitud que vive dentro de ti, y para lograrlo, tendrás que deshacerte de lo que te impide contactarla.

Estoy aquí para ayudarte a ver precisamente qué te impide contactar con tu sentido de vida, con tu pasión por vivir, con tu alegría y con tu verdadero ser que es tu esencia. Cada vez que yo aparezca en tu vida, será porque tú mismo no te has dado cuenta que no estás siendo pleno y feliz, así es que si vuelvo a aparecer, no te asustes… mejor agradéceme que llegué y escúchame.


Y si realmente me escuchas, no tardarás en hacer los cambios que necesitas hacer en tu vida, los harás de inmediato, claro, eso si realmente quieres sentirte bien de nuevo, todo depende de qué tanto quieras. Y sé que sí quieres, pero a la vez sé que quieres seguir en tu confort y en tu comodidad por vivir con “lo conocido”, aunque eso conocido te haga daño.

Prefieres seguir buscando la aprobación y aceptación de los demás, haciendo hasta lo imposible por llamar su atención; buscando seguridad en otras personas menos en ti; prefieres que los demás sean responsables de tu persona que tú mismo, y claro, te entiendo, todos quisiéramos regresar a la panza de nuestra mamá y despreocuparnos de todo.

Pero… te tengo una noticia, solamente entrando a un temazcal podrás acercarte a esa experiencia. Mientras tanto… necesitas asumir que eres responsable de ti y que solamente tú me podrás escuchar, y cuando me escuches y yo vea que ya me hiciste caso, créeme que me iré. Solamente tú puedes hacer que me vaya.

Y eso es algo muy importante que quiero decirte, en verdad me iré en cuanto vea que estás haciendo esos cambios en tu vida, cuando vea que estás en camino a tu evolución y que estás dispuesto a crecer y recuperarte a ti mismo. Mientras no lo hagas… aquí seguiré.

En conclusión, si hoy estoy aquí, es porque me necesitas.


Necesitas de mi para modificar tu manera de interpretar tu realidad, la cual déjame decirte que está un poco distorsionada. Necesitas deshacerte de creencias que no te ayudan y que nada más te limitan; necesitas perdonar todo ese enojo que guardas a tus seres queridos y recuperar tu libertad interior.

Y sobre todo, necesitas de mí para hacer lo que te gusta de la vida, para ser tú mismo, y perder el miedo al rechazo o abandono de los demás.


Necesitas de mí para ponerle límites a las personas que te lastiman; para que te agarres de valor y aprendas a decir que “no”; para que dejes de mendigar amor con quien no te merece; para que dejes de depender de la existencia de tu pareja para ser feliz; para que de una vez por todas… ¡cuides tu cuerpo!

¿De qué otra manera le habrías puesto atención a tu cuerpo? Digo, probablemente de muchas maneras, pero ésta está funcionando. Necesitas darle el alimento que necesita, dejar de criticar tu físico y agradecerle por lo que te da; haz que sude y que se mueva, ten tus hormonas al día y duerme las horas que necesitas.

¿Por qué te explotas? ¿Por qué te exiges tanto? No entiendo porqué lo haces… si lo tienes todo, lo eres todo, tienes toda la capacidad que necesitas para crear tu propia realidad, pero te tratas como tu propio esclavo, eres demasiado severo contigo mismo… y estoy aquí para pedirte que simplemente dejes de hacerlo.

Así es que ya sabes… si realmente quieres que me vaya, toma el timón de ti mismo, pregúntate qué has hecho que te ha sacado de tu equilibrio interior. Pregúntate realmente cómo quieres vivir y lucha por esa vida, es tu vida, y solamente tú puedes decidir sobre ella… si a los demás no les parece, es porque los estás retando y tarde o temprano te seguirán, y si no… tendrán otra oportunidad, dales chance.

El único control que puedes tomar es el de ti mismo, pero para recuperarlo, tendrás que aceptar que lo has perdido, y que dejes que yo me exprese, que salga a decirte con todos esos síntomas tan horribles que me inventé para decirte algo muy claro, pero si me reprimes y te distraes cada vez que llego… no podré hablarte y vendré más fuerte.
Así es que la próxima vez que me sientas llegar, haz un alto, cierra los ojos… déjate sentir todo lo que te estoy diciendo, apaga tu mente racional por un momento, déjate llevar… y entiéndeme. Después, empieza el cambio en tu vida con acciones claras y específicas, y en menos de que te des cuenta, me iré.

Espero no tener que llegar muchas veces más en tu vida, pero si lo hago… recuerda que no quiero lastimarte, quiero ayudarte a que recuperes tu propio camino de evolución, el camino que si lo tomas, te hará mucho muy feliz.

Y ya para terminar, ojalá que puedas verme como lo que soy: tu esencia.

Soy tú mismo gritándote con desesperación que me escuches por favor. Así es que hola, yo soy tú, hablándote desde el fondo de tu corazón, desesperado tocándolo para que me pongas atención, lo que sientes no es taquicardia, soy yo, tu esencia, que quiere salir de ahí.


Con cariño, tu esencia disfrazada de ansiedad.