Quien ha pasado por tormentas,
cuando ve la lluvia…
se ríe
Las
adversidades son las situaciones de la vida que nos hacen crecer de
manera más acelerada, que nos invitan a ver las cosas de una forma
diferente, que nos obligan a sacar de nuestro interior todo aquello que
nos permite salir adelante. Nos permiten conocer esa parte de nosotros
que se mantenía oculta, inclusive ante nuestros ojos.
Cuando
atravesamos problemas que nos sacuden el mundo, que nos sacuden la vida
misma y logramos salir airosos del otro lado, quizás con muchas
heridas, con pérdidas importantes, con ausencias que jamás llenaremos,
pero aun así con capacidad de reiniciarnos, de volver a empezar, ahora
fortalecidos por esa energía que ya somos conscientes de que llevamos
dentro y que tendremos a disposición cada vez que lo requiramos, nos
sentimos sin duda guerreros y valientes.
Una
vez que entendemos que no se nos presentarán situaciones a las cuales
no le podamos hacer frente y que la actitud que mantengamos en nuestros
tránsitos, es de vital importancia para tomar de una experiencia
negativa todo lo que nos pueda nutrir, estaremos cada vez más en
capacidad de apreciar las cosas positivas de la vida e inclusive
aprenderemos a reírnos ante la lluvia.
Esa lluvia que en
algún momento pudo habernos causado temor, nos ha limitado para dar
algunos pasos e inclusive nos pudo haber hecho tomar rumbos diferentes a
los que quisimos, solo ante el riesgo de mojarnos la vida un poco.
Luego
de las descargas, el agua que ahoga, la soledad ante la tormenta, la
necesidad de un abrigo, la ausencia de quienes pensamos estarían allí y
esas presencias inesperadas, todo lo vemos en una proporción diferente,
las personas se reubican en nuestras vidas y sobre todo cada rayo de sol
se aprecia y se aprovecha al máximo.
Si vas a permitir
que las experiencias de tu pasado te marquen o de alguna manera te
definan, al menos ten cuidado al decidir cuáles serán las que
seleccionarás, escoge aquellas que te permitirán ser más
humilde, a pesar de saberte más fuerte que antes, aquellas que te
permitan, así sea a través del contraste, alegrarte por los buenos
momentos y disfrutarlos, escoge todo aquello que te dé las herramientas
para ayudar a quienes lo necesiten sin interferir en su proceso de
crecimiento y escoge aquella que te permite nutrirte con las mejores
compañías y los mejores afectos.
Ríe
ante la lluvia si has atravesado tormentas… y si esa lluvia comienza a
arreciar, mantén tu paz interior y la certeza de que, como las veces
anteriores, saldrás victorioso y fortalecido.
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