¿Qué hay detrás de los celos?
Los celos no son simples reclamos,
cuestionamientos, dudas sobre la pareja; los celos son sólo la punta de
un enorme iceberg. Detrás de los celos, se encuentran profundos
problemas arraigados a la persona que los padece. Los celos son un
sentimiento de temor a perder a la persona amada.
Existen varias razones que explican el origen de los celos:
Inseguridad:
El hombre o la mujer
celosos, sufre una inmensa inseguridad de lo que ella es y de lo que
posee. En algunos casos puede deberse a situaciones difíciles del pasado
o modelos de educación, que han dejado una marca en su forma de ser.
Este tipo de personas, no sólo son inseguros en su relación amorosa,
también lo son en los diferentes espacios donde se desarrolla. Además,
suelen ser temerosos y les cuesta tomar decisiones.
Baja autoestima:
Por lo general el
típico celoso siente que no es lo suficiente atractivo, inteligente,
extrovertido, etc. para satisfacer a su pareja. Se sienten “menos” y por
eso creen que su pareja está buscando en otras personas lo que ella no
es. Si uno se ama a sí mismo, la comparación con los otros disminuye y
cuando la competencia no existe, entonces, se es menos vulnerable a
sentir celos.
Amor o apego?:
Es completamente falsa la
creencia que afirma que entre más celos más se ama. Una relación
asfixiante, donde la libertad es cohesionada y continuamente hay
reclamos sin motivos reales, se le denomina apego. Por el contrario, el
amor es libre y busca la felicidad del otro.
Egoísmo y necesidad de llamar la
atención:
Pensar que somos la única persona en el mundo, que merecemos
toda la atención de nuestra pareja, es una muestra de egoísmo. El perfil
psicológico de la persona celosa, se caracteriza por querer ser el
centro de atención, captar el interés de los demás, debido a que
constantemente necesitan sentir estimación y por ello demandan
aprobación.
Sentir poder sobre el otro:
Así como
explica Rebeca Reynaud en su artículo: “Ninguna persona `pertenece´ como
si fuera un objeto. Los hijos no son `propiedad´ de los padres; los
esposos no son propiedad uno del otro, pero se pertenecen de un modo
mucho más profundo. Los seres humanos no se pertenecen como una
posesión, como una cosa, sino en la responsabilidad. Se pertenecen
porque aceptan la libertad del otro y se sostienen el uno al otro en el
conocerse y amarse”.
¿Qué hacer al respecto?
Lo primero es
intentar apartar los pensamientos obsesivos. Los celosos dan muchas
vueltas a la imaginación, y puede llegar a convencerse de que lo que
pasa en su mente es verdad. Piense que de seguir así puede desarrollar
un trastorno mental.
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