"Cuando existe esperanza todos los problemas son relativos" (Serafín Madrid)
jueves, 31 de julio de 2014
lunes, 28 de julio de 2014
Pautas básicas para gestionar conflictos de convivencia durante los meses de verano
En el Teléfono de la Esperanza sabemos que cualquier cambio es una
oportunidad y a la vez un reto. Cuando hablamos de las vacaciones podemos decir
que es una oportunidad de pasarlo bien compartiendo más tiempo con nuestra
familia, pero también es un reto de saber afrontar los conflictos que seguro
aflorarán al pasar más tiempo juntos. Interpretar
los conflictos vacacionales como una oportunidad para mejorar la relación.
• Practicar la escucha activa,
dedicar un tiempo para sentarnos a escuchar lo que nuestros hijos o pareja nos
dice con palabras, pero también sus sentimientos.
• Ajustar las expectativas a la realidad tratando de no idealizar el período vacacional. Para ello cada miembro de la
pareja debe revisar sus creencias sobre “unas vacaciones perfectas” y
plantearse si son adecuadas.
• Buscar momentos personales
de tiempo libre para cultivar cada miembro de la familia sus aficiones.
• Recuperar momentos a solas con
la pareja, especialmente indicado para parejas con niños, dedicar un tiempo
a la pareja para disfrutar de un descanso o realizar actividades que les
resulten placenteras a ambos sin tener que preocuparse por el cuidado de los
hijos, un paseo, una película, una cena, una lectura tranquila, etc.
• Para llegar a entender a una persona se precisa cierta empatía, es decir, saber ponerse en el
lugar de la otra persona.
• Cultivar un clima de tolerancia,
comprensión y flexibilidad.
• Aprovechar las vacaciones para mejorar
la comunicación: aprender a expresar sentimientos positivos (“te quiero”,
“soy feliz cuando tú…”) y sentimientos negativos (“has gritado al hablarme y
eso me ha hecho sentir enfadada/o”).
• No discutir si uno de los dos está alterado y dejarlo para más tarde
cuando los ánimos estén más calmados
y negociar soluciones intermedias.
• El verano y el tiempo de descanso irá condicionado por la capacidad que
tenga la persona de flexibilizar y aprender a relajarse. Por eso, al igual que
se dice “al mal tiempo, buena cara”, podríamos añadir “y en época de calores,
más paciencia”.
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